El Evangelio
  • Inicio
  • blog
  • Exposición de Biblias
  • Galeria
  • Videos

Siendo de espíritu fervoroso

7/28/2018

 
Imagen

Siendo de espíritu fervoroso.
​

Ningún cristiano que anda cerca del Señor podrá negar que una de las necesidades de la iglesia de nuestro siglo es fervor. No un fervor de un fuego incontrolado o extraño, pues éste puede producir estragos, sino de un fuego interior, que nace de una profunda devoción a Cristo y a su causa. Sólo tenemos que darnos una vuelta por nuestro propio entorno cristiano para ver, incluso en nosotros mismos, el poco fervor que tenemos. Creo que hace tiempo que perdimos la llama y sólo nos quedan unas pocas ascuas a las que a penas nadie se acerca, ya que su calor y color son mínimos. Y cuando encontramos tal fuego lo tachamos inmediatamente de fanático y extremado. 
Cierto es que muchos sectores evangélicos viven de chispas encendidas por pasiones humanas y carnales, pero creo que tan peligroso es el fanatismo de una excitación religiosa como las aguas estancadas de un formalismo generacional. No tenemos autoridad para poder condenar el fuego de alguna chimenea mientras nosotros nos helamos en medio de nuestra apatía e indiferencia. 

Recuerdo la primera vez que experimenté la quemadura de unas ascuas al coger una brasa siendo todavía niño.  La marca me duró durante mucho tiempo. De la misma forma,  nunca te olvidarás cuando te acercas a un hermano fervoroso. Pablo menciona a Apolos, que era de espíritu fervoroso. Esta palabra aparece dos veces en el griego del Nuevo Testamento, y es una onomatopeya del sonido de agua cuando hierve. Si queremos atraer a otros al calor de nuestras vidas no debemos ser como las luciérnagas, cuya luz es muy bonita pero inútil para calentar. Cuando nos ponemos en el fuego de Dios se nos verá hervir, y es probable que los corazones helados quieran arrimarse para hallar alivio a su situación. Se nos requiere, hermanos, que seamos siervos verdaderamente ardientes, apasionados y, si es necesario, extremadamente efusivos. Nuestra consagración a Dios lo demanda. Hemos de leer las Escrituras con pasión, cantar con júbilo, asistir a la iglesia con alegría, orar fervientemente y vivir intensamente. Sólo esto nos mantendrá despiertos en la vida cristiana, y habrá en nosotros un gozo inefable y glorioso que sólo será entendido por aquéllos que han experimentado tener el fuego de Dios. Hombres y mujeres ardientes para Dios es lo que necesitamos. Seamos ardientes y, si es necesario, extremadamente ardientes, pues no se ha visto nunca un fuego, por pequeños que sea, que no queme.


Los comentarios están cerrados.

    Archivos

    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018

  • Inicio
  • blog
  • Exposición de Biblias
  • Galeria
  • Videos